Medicina Natural al Alcance de todos
Introducción
Los más grandes sucesos, las más grandes ideas (Las más grandes ideas son los más grandes sucesos), Se comprenden muy tarde; las generaciones contemporáneas No los viven, aunque viven cerca. Acontece en la vida como en el reino de los astros: La luz de las estrellas más lejanas llega tarde a nosotros y, entretanto, el hombre niega que tales estrellas existan. ¿Cuántos siglos necesita un espíritu para ser comprendido? Federico Nietzsche.
El verdadero título de este manual debería ser “la salud al alcance de todos” pero como solemos despreocuparnos del cuidado de ese tesoro y sólo lo apreciamos cuando lo hemos perdido, buscamos afanosamente las medicinas que alejarán nuestras dolencias, he adoptado el título que lleva, a fin de poner en conocimiento de sanos y enfermos los medios adecuados que nos ofrece la Naturaleza con el aire, la luz, la tierra, el sol y los vegetales para mantener y recuperar la salud, sin necesidad de intervenciones extrañas y aún menos de productos artificiales elaborados por el hombre en sus laboratorios o mediante la acción de la cirugía, la electricidad o los rayos de cualquier tipo.
La medicina, cualquiera que sea su nombre, siempre actúa sobre dos fundamentos convencionales: la Patología, que es el estudio de las enfermedades, y la Terapéutica, que enseña los procedimientos para combatir dichas enfermedades.
La profesión médica basada en estos fundamentos está condena al fracaso porque actúa sobre la enfermedad, la cual es entendida como una alteración mayor o menor de la salud con manifestaciones diversas. Se dirige, pues, hacia un fenómeno negativo, mientras que las enseñanzas de esta obra tienen como materia de trabajo la salud, considerada como normalidad funcional del organismo, es decir, un fenómeno positivo. El único remedio capaz de alejar todas las dolencias consiste en cultivar la salud, y eso es lo que vamos a enseñar al lector.
No hay enfermedades, sólo enfermos, estableció Hipócrates. De aquí que se debe enseñar al enfermo a que se restablezca y conserve su salud integral y no a combatir su dolencia, la cual no es más que el efecto de su falta de salud. Como dijimos, toda enfermedad es de la misma naturaleza: alteración de la salud en mayor o en menor grado. Sólo se muere por falta de salud.
Como se verá más adelante, llamamos enfermo a quien carece de salud y enfermedad a la manifestación variable de esta anormalidad. La medicina fracasa en su lucha contra las enfermedades al igual que el boxeador es incapaz e impotente para destruir su propia sombra porque los fenómenos negativos son intangibles, inatacables e indestructibles. Al margen de lo que se considera como científico, mi sistema se desentiende en absoluto de la Patología y de la Terapéutica y se dirige sólo a la normalidad funcional, es decir, a la salud, enseñando al sujeto a recuperarla o conservarla mediante el Equilibrio Térmico de su cuerpo.
Para obtener ese equilibrio basta con el uso adecuado de los agentes naturales de vida: aire, el agua, la luz, el sol, la tierra y la alimentación conveniente a base de frutas y ensaladas crudas. Dentro del concepto de mis enseñanzas, la única enfermedad que existe se llama ignorancia de la salud, y el único remedio racional y lógico es la constitución del individuo para que por sí mismo practique una vida sana con buenas digestiones y una activa eliminación cutánea, que son factores indispensables para conseguir la salud integral.
De acuerdo con las leyes de la Naturaleza de la cual formamos parte, al igual que la riqueza es el fruto de la actividad diaria del interesado, la salud también es el resultado de nuestros actos de cada día. La salud no se obtiene en la consulta con el médico ni se compra en el mostrador de la farmacia.
Las enseñanzas de este libro se refieren, pues, a consejos de vida sana para que cada quien sepa escoger sus alimentos, activar su piel, masticar y ensalivar lo que come, digerir, respirar, eliminar, dormir, practicar ejercicios físicos adecuados y, en pocas palabras, mantener la actividad normal de su propio cuerpo en las funciones de nutrición y eliminación que constituyen la vida.
De aquí que el problema de la salud sea considerado funcional y no microbiano. Así que en vez de curar prescribiendo remedios para eliminar síntomas o manifestaciones de la falta de salud, mi sistema procura el restablecimiento de ésta mediante un Régimen de vida dirigido a obtener buena digestión, respiración normal y buena actividad funcional de la piel. La buena digestión permite la formación de sangre pura en el cuerpo y mediante una activa eliminación cutánea se expulsa lo malsano y perjudicial.
Dado que la digestión es la base de la salud y puesto que se trata de un proceso de fermentación de los alimentos, debe realizarse a la temperatura de 37 grados centígrados. Es por esto que no existe enfermo sin fiebre gastrointestinal como lo revela el iris de sus ojos y lo confirma, por lo general, su pulso.
Por su parte, la respiración de un adulto debe ser de 70 pulsaciones por minuto para que la ola sanguínea se movilice normalmente en los pulmones. Esto sólo es posible a 37 grados centígrados tanto en la superficie como en el interior del cuerpo.
Desde mi nuevo concepto de salud, queda establecida que la normalidad funcional del organismo precisa una temperatura normal y uniforme del cuerpo. La salud es, entonces, una cuestión “térmica” y no de medicamentos, magnetismos, hierbas, sueros vacunas, inyecciones, cirugía, rayos X, radio, electricidad, etcétera.
Mi sistema, pues, se desentiende de diagnósticos y medicinas y solo se dirige a la salud que, repetimos, es la normalidad funcional del organismo que requiere del Equilibrio Térmico del Cuerpo.
Mi Doctrina térmica saca el problema de la salud del campo de la Patología y de la Terapéutica para colocarlo en el terreno de la Temperatura.
Finalmente, el lector debe comprender que en este libro no se le ofrece uno de tantos medios para curar enfermedades, sino un camino distinto y seguro para disfrutar de la salud, al margen, de la medicina.
Autor: Manuel Lezaeta Acharan
Comentarios
Publicar un comentario