No basta con aplicar nuestros principios para obtener resultados convenientes, sino que es menester saber aplicarlos e interpretar correctamente sus efectos. El enfermo que inicia mi régimen de salud, aun palpando sus ventajas, con frecuencia se deja llevar por cierto pesimismo porque no obtiene resultados fulminantes, y se olvida de que la Naturaleza no hace nada a saltos y de que quien va lento va seguro.
Un síntoma favorable, generalmente mal interpretado al comienzo de mi tratamiento, es la depresión de fuerzas que se apodera del enfermo. Este suele sentir ganas de reposar y dormir a toda hora. No falta entonces el observador superficial que habla de "debilitamiento".
Según éste, el enfermo está perdiendo sus fuerzas porque se le han quitado los alimentos "fortificantes" (?) a cambio de frutas y semillas o vegetales de la época. Este decaimiento de fuerzas suele presentarse en los primeros días del régimen térmico, como consecuencia de la falta del estímulo que ofrecían los tóxicos que abandonaron el cuerpo.
El desgaste constante de las reservas vitales que origina el latigazo de los tóxicos, una vez que se eliminan, lleva al organismo al reposo necesario para recuperarse del gasto anticipado de sus energías defensivas. Se comprende entonces, que las crisis que nos ocupa, lejos de ser un "debilitamiento" es una "recuperación".
Flujos vaginales y uretrales, erupciones de la piel, supuraciones, catarros, diarreas, punzadas, dolores, comezones y otros síntomas agudos que aparecen en enfermos crónicos a los pocos días de iniciado mi sistema, son manifestaciones favorables que prometen seguro y completo restablecimiento de la salud. Hemos visto que, a diferencia de la medicina medicamentosa, mi sistema no suprime los síntomas que son muestra de la lucha del organismo por recuperar la salud.
Las temibles complicaciones que agravan a los enfermos hasta matarlos, son consecuencia del afán de combatir y sofocar los síntomas agudos con medicamentos que suprimen las defensas orgánicas.
Generalmente se cree que mi sistema requiere de mucho tiempo para obtener curaciones. Esto es un error, siendo sorprendente la rapidez con que reaccionan organismos que no han soportado tratamientos medicamentosos o quirúrgicos. Los enfermos más difíciles de curar son los que han acumulado en su sangre inyecciones, sueros, vacunas, drogas y tónicos, pues su potencia vital está adormecida y debilitada por la intoxicación. Igual sucede con los que han pasado por alguna forma de cirugía, porque su organismo ha sido mutilado.
Se dice que mi sistema de Equilibrio Térmico es difícil y exige sacrificios y tiempo. A esto respondo que todo lo que vale algo en la vida requiere de esfuerzos y constancia y, por supuesto, la salud no escapa a la ley del esfuerzo.
Los resultados favorables de mi régimen se obtendrán según se trate de afecciones agudas o crónicas. Siempre que el enfermo no haya sido envenenado con productos farmacéuticos o mutiladas sus entrañas, por regla general, en ocho días logrará su restablecimiento. Tomando en cuenta la condición indicada, los enfermos crónicos se verán libres de sus males en 4 o 6 semanas, salvo excepciones. En todo caso, mi Régimen de Salud puede seguirse indefinidamente para asegurar el mantenimiento de la salud recuperada. Según mi Doctrina, la salud no se conquista, sino que se cultiva cada día mediante el Equilibrio Térmico del cuerpo.
Para obtener éxito
Todo enfermo debe tener en cuenta que el éxito del tratamiento térmico sólo es posible si se observa lo siguiente;
- Que se recurra al tratamiento oportunamente. A los primeros síntomas de desarreglo funcional se debe aplicar el tratamiento integral, sin pérdida de tiempo. Las posibilidades de recuperación se reducen proporcionalmente a la cantidad de medicamentos y otros venenos que intoxican la sangre. Las cirugías mutiladoras también tienen un efecto adverso a las posibilidades de curación.
- Que el tratamiento tenga la intensidad adecuada. Se debe considerar la edad, el sexo, la ocupación, etc., del enfermo. El iris de los ojos y el pulso son las mejores guías indicadoras de la intensidad necesaria en las aplicaciones de los agentes naturales.
- Que las aplicaciones sean bien hechas y que se consiga el objetivo que siempre es equilibrar las temperaturas del cuerpo. El uso de los agentes naturales es delicado, pues no son específicos, su aplicación no produce necesariamente un efecto definido, sino que la reacción depende de determinadas circunstancias y factores personales. Así, la reacción benéfica de calor que produce una ablución de agua fría, depende del estado de calor del cuerpo sobre el cual se aplica y de los cuidados posteriores, como ejercicio o abrigo. Tampoco conseguiremos ningún beneficio en un enfermo si no se logra previamente el Equilibrio Térmico que permita la normalidad funcional,
- Que el tratamiento sea constante. Debemos tener en cuenta que se trata de un Régimen de Salud y no de un agente para sofocar síntomas o manifestaciones morbosas.
- Que las reacciones del organismo y los efectos del tratamiento se interpreten racionalmente. No debemos olvidar que el organismo humano está regido por leyes naturales y que siempre reaccionan en beneficio propio. La Naturaleza tiene sus plazos y hay que dejarla actuar con la seguridad que nadie puede hacer lo que ella.
Cómo controlar la curación
Es frecuente que personas entusiastas de mi sistema recurran al médico para conocer el "diagnóstico", o sea el nombre, de su padecimiento. La gente cree que es necesario saber si se trata de apendicitis o pulmonía para aplicar convenientemente mi régimen de salud. Esto es un error fundado en un criterio médico curandero. Mi sistema no busca dolencias específicas, sino que ve enfermos en los que no se trata de sofocar síntomas, sino de normalizar el funcionamiento de la máquina humana mediante buenas digestiones y actividad eliminadora de la piel. Todo esto se consigue con el Equilibrio Térmico del cuerpo.
Para controlar el proceso restaurador observaremos el pulso y las evacuaciones intestinales del enfermo. A medida que las pulsaciones de un adulto se acerquen a 70 por minuto, podemos estar seguros de que la temperatura interior de su cuerpo está en el camino de normalizarse. La vuelta del calor a la piel y las extremidades revela que baja la fiebre interna.
Si el intestino se descarga diariamente con abundancia, tendremos comprobada la eliminación por esa vía. Pero como no basta con eliminar bien para tener buena digestión, es preciso asegurar una buena asimilación digestiva. Excrementos abundantes, compactos de color bronceado y libre de mal olor, nos demostrarán que el organismo ha aprovechado los alimentos ingeridos y que con ellos la sangre ha incorporado elementos adecuados para la salud integral. A la inversa, los excrementos escasos, mal
olientes, diarreicos o endurecidos, manifiestan desnutrición e intoxicación.
Mayor resistencia al frío con calor en la superficie del cuerpo y sus extremidades, facilidad para sudar, erupciones cutáneas, flujos, fistulas, etc., son otras tantas manifestaciones de la normalización de las funciones de la piel y las mucosas.
El aumento de la tos, los desgarros y la orina cargada demuestran expulsión de materias nocivas al organismo. La vuelta del apetito significa restablecimiento de la capacidad digestiva. Pérdida de carnes y peso durante el tratamiento, manifiestan activa eliminación de materias extrañas. Este síntoma no debe alarmar al enfermo, no olvidemos que el organismo sólo elimina lo que le perjudica, jamás lo que necesita. Dolores, punzadas, ardores, comezones y molestias de esté tipo, reveían que el Régimen de Salud está provocando reacción y defensas orgánicas.
todo lo dicho puede ser dirigido y controlado por la persona interesada, sin intervención extraña,salvo excepciones. Tengamos siempre presente que la salud no se obtiene por mano ajena, ni menos con drogas, medicinas o agentes de laboratorio el primer agente de la salud es la voluntad, unida al compromiso del enfermo.
en el curso del tratamiento la salud tendrá avances y retrocesos que no deben alarmar, pues solo se llega a ala normalidad por etapas. Así ocurre en la naturaleza, del invierno no se pasa inmediatamente al verano, es preciso soportar las variaciones de la primavera.
Terminamos este capitulo presentando un modelo de tratamiento para enfermo crónico adulto. Siguiendo este régimen podrá restablecer su salud cualquier persona que la haya perdido y se mantendrá sana mientras lo practique. Todas las aplicaciones que vamos a prescribir se dirigen no a curar, sino a normalizar la digestión y las eliminaciones, colocando cada día al cuerpo en Equilibrio Térmico.
Puntos de partida de la curación
la curación del enfermo comienza con la normalización de sus funciones orgánicas. De modo que nos preocuparemos de regularizar la digestión, el trabajo de la piel, los riñones y los pulmones del enfermo, lo cual sólo se logra equilibrando sus temperaturas mediante el tratamiento natural expuesto en esta obra. Además de las revisiones del iris de los ojos, estos son algunos indicadores seguros del restablecimiento de la salud:
- el pulso. Debe tomar su ritmo normal de 70 pulsaciones por minuto en un adulto y algo mas en los niños. Deben desaparecer las irregularidades como intermitencias, etcétra.
- La digestión. El bolo excrementicio debe ser evacuado a lo menos cada 12 horas. Los excrementos deben ser abundantes, compactos, de color bronceado y sin mal olor.
- El calor de la piel. debe ser uniforme sobre toda su superficie, calentándose las manos y los pies, que antes estaban fríos.
- La orine. se regulariza su producción y toma el color y olor normales.
- La respiración. Se acompasa su ritmo y se respira con facilidad.
- El hambre, el sueño y las fuerzas vuelven paulatinamente.
- También se recupera la normalidad en la expresión del rostro y se limpia la lengua.
Todo estos progresos se mantendrán y acentuarán complementándose con la recuperación del peso y la desaparición de los síntomas morbosos si se persiste constantemente en el régimen de salud.
Régimen de salud
Los consejos que se indican en este párrafo tienen por objeto mantener la salud de quien los practique y restablecer la de quien la ha perdido. Estos se seguirán cada día. en cualquier clima, cuando el sujeto está en pie y con pequeñas variaciones según sea verano o invierno. Cuando el enfermo está en cama se observarán las instrucciones expuestas en el párrafo titulado Primeros Auxilios en la segunda parte del libro.
Al despertar, cualquiera que sea la edad del sujeto, se aplicará frotación de agua fría a todo su cuerpo, vistiéndose sin secarse o volviendo a la cama para reaccionar hasta que pase la humedad. Agregar respiraciones profundas y ejercicio al aire libre, con ascensión de cerros, si es posible.
Antes de mediodía, Los adultos de más de 40 años tomarán mi Lavado de ¡a Sangre al vapor o al sol, si es posible diariamente. Los niños aplicarán paquete largo una o dos veces por semana, a lo menos como prevención y mejor baño de sol en buen tiempo. También son recomendables los chorros parciales, alternándolos para equilibrar la circulación sanguínea.
En la tarde, chorro de pitón, especialmente agradable en verano para los adultos. Los niños tendrán suficiente con una ablución fría si sudan o sienten malestar. El baño genital de 15 a 30 minutos está indicado a esta hora para enfermos de ambos sexos, especialmente si hay malestar en la cabeza o el vientre. Finalmente, el baño de Just en la tina es especialmente refrescante y
vitalizador para todos.
Dormir con cataplasma de lodo sobre todo el vientre si hay estreñimiento, gases, excrementos diarreicos o de mal olor. Como práctica preventiva, o si no es posible el lodo, faja derivativa o compresa abdominal durante el sueño con piel y pies calientes.
No comer sin hambre Cuando no se tiene hambre sólo comer frutas y ensaladas crudas.
Desayuno Solamente fruta cruda de la estación o seca si no hay fresca. A falta de esto, un plato de avena cruda remojada en agua fría durante 20 minutos o más y endulzado con miel o pasas de uva, higos o plátanos.
Comida a mediodía Libre si hay hambre, prefiriendo las ensaladas con aceitunas o huevo duro picado, hortalizas de la época con nueces, tortitas de verduras revueltas con huevo, quesillo fresco o panela, poco pan de ser posible integral o tostado. Evitar embutidos, frituras y condimentos como pimienta o mostaza.
Cena Si hay hambre se puede comer como en la comida, pero menos cantidad. Generalmente basta con una ensalada o un poco de fruta cruda. Comer pausadamente y bien ensalivado. Evitar dulces, conservas, leche, queso viejo, huevos blandos y caldos o jugo de carne. No fumar.
Dormir con la ventana abierta o, al menos el tragaluz, aun en invierno.
De modo especial se recomienda el ejercicio físico moderado y al aire libre para sanos y enfermos. Evitar permanecer en cama durante el día.
A sanos y enfermos les ayudará un día a la semana comer sólo fruta cruda, a la hora y en la cantidad deseada y mejor sin mezclar frutas diferentes. Si no ha habido evacuación en el día, antes de dormir se aplicará lavativa con agua fría. Frecuentemente me objetan que doy el mismo tratamiento para todos los enfermos y los sanos.
Contesto que no se trata de "curar", sino de "normalizar" la digestión y las eliminaciones mediante la actividad nerviosa y circulatoria creando el conflicto térmico con el frío del agua. Pero como dice Kuhne: "Se curan todas las enfermedades, pero no todos los enfermos."
En efecto, hay enfermos en descomposición orgánica, incapaces ya de tener una reacción salvadora, aunque pasajeramente tengan una recuperación con mi Régimen de Salud. Se trata de personas altamente intoxicadas por malas digestiones y demasiadas medicinas.
Inocencia o penitencia
Así como la salud espiritual se cultiva con inocencia o penitencia, también la del cuerpo se obtendrá con una vida a tono con la Ley Natural, especialmente en lo que respecta a la alimentación, o a través de la penitencia de expulsar a diario las impurezas provenientes del desarreglo funcional del organismo mediante mi Lavado de la Sangre o por supuraciones, erupciones y otras molestias.
Si uno tiene la disciplina de tomar diariamente este baño purificador de la sangre, entonces puede ser más liberal en la alimentación. Suele afirmarse que mi Lavado de la Sangre diario debilita, porque extrae del cuerpo substancias orgánicas necesarias.
Esto es un error, porque la alternancia del vapor con las abluciones frías
sólo coloca al organismo en situación de activar sus funciones y expulsar las materias perjudiciales. Recuerde el lector que no basta con observar un régimen alimenticio purificador como es el de frutas y verduras crudas. Si el aparato digestivo está afiebrado es indispensable combatir la fiebre interna.
En todo enfermo crónico hay dos problemas a resolver: 1. restablecer su digestión y 2. remover y eliminar todas las impurezas acumuladas en su cuerpo a través de años de desarreglos de su nutrición, sin contar las intoxicaciones medicamentosas tan frecuentes en estos tiempos del reinado de los antibióticos y otras drogas "milagrosas". Tengamos siempre presente que la salud no se conquista, hay que cultivarla cada día mediante el Equilibrio Térmico del cuerpo.
Autor: Manuel Lezaeta Acharan
Comentarios
Publicar un comentario