SISTEMA CIRCULATORIO: EL CORAZÓN

Salud Natural en Línea

Dilatación; hipertrofia; lesiones valvulares; taquicardia; endocarditis; miocarditis; infarto; pericarditis; neuritis y angina de pecho "Nadie muere del corazón, muere por sangre mala. "  Padre Tadeo

Funciones y enfermedades: El corazón es el órgano central de la circulación de la sangre. Entra en función al iniciarse la vida y es el último que nos abandona. La sangre, para circular en todo el cuerpo y a través de sus tejidos, necesita ser impulsada continuamente por una fuerza, que al mismo tiempo que la lleva a las extremidades, la retira de allí, para nuevamente lanzarla a las partes más apartadas del organismo. 

Este maravilloso trabajo lo hace el corazón, que tiene el mecanismo de una bomba aspirante e impelente, en combinación con los pulmones. Dada la importancia de sus funciones, tiene una resistencia a toda prueba, y no existen enfermedades propias de esta víscera, sino que sus alteraciones se deben a la mala calidad de la sangre que debe movilizar. 

Así como una bomba bien construida que trabaja con agua pura no se altera con el uso, mientras que si el agua está cargada de sustancias extrañas ocurre lo contrario, el corazón que trabaja con sangre libre de impurezas nunca se enferma. Nadie padece ni muere del corazón, sino por sangre mala, heredada o proveniente de desarreglos digestivos crónicos o intoxicación medicamentosa y deficiente eliminación cutánea. 

Las dolencias del corazón no tienen "remedio", porque todas son consecuencia de la impureza de la sangre, la cual debe purificarse con aire puro, buenas digestiones y activa eliminación cutánea. La mayor fatiga para el corazón es la fiebre interna que se manifiesta con agitación del pulso, trabajo que más debilita al músculo cardíaco, congestionándolo progresivamente.

Esta agitación circulatoria también congestiona los pulmones, estrechando la capacidad respiratoria, con lo que el corazón queda doblemente afligido: por un lado, exceso de trabajo y, por el otro, falta de cooperación de la función, respiratoria de la cual depende la normal circulación de la sangre en todo el cuerpo. Es un error creer que la circulación es obra exclusiva del corazón. Los pulmones mantienen el flujo y reflujo de la ola sanguínea a través del cuerpo y el corazón sólo actúa como regulador del proceso.

Sabemos que las respiraciones profundas alivian al corazón. Así, las emociones, sustos, penas, esfuerzo físico violento, etcétera, exigen suspirar o hacer una respiración profunda para sentir la sensación de alivio. Por eso es recomendable hacer respiraciones profundas todos los días.

A medida que el corazón acelera su ritmo la ola sanguínea se hace más corta. Con 70 pulsaciones en un adulto, la sangre se moviliza fácilmente desde el cuero cabelludo hasta la planta de los pies. Con 120 o 140 pulsaciones, la sangre se encharca en el pecho y el vientre, escaseando en la piel y las extremidades. Es por esto que piel cadavérica, frío en las extremidades e hinchazón de piernas y pies son síntomas de males del corazón.

El excesivo trabajo del corazón como efecto de la fiebre interna, congestiona sus paredes y aumenta su volumen, degenerando su vitalidad. Las emociones repentinas o prolongadas, comer y beber demasiado, respirar aire viciado, abusos en los deportes, excesos sexuales y falta de reposo nocturno, son causa de debilitamiento del corazón. 

Los medicamentos en general actúan como venenos en este órgano, especialmente las vacunas, sueros e inyecciones. Lo mismo produce el abuso del tabaco, el alcohol, el café, el té y todos los excitantes. La sangre impura también irrita las mucosas del corazón y congestiona sus tejidos.

La obesidad, al cubrir de grasa al músculo cardíaco, obliga al corazón a un mayor esfuerzo que lo debilita y atrofia. Lo mismo produce la falta de elasticidad de las arterias y venas, endurecidas y esclerosadas por acumulación de materias extrañas en sus tejidos. Los desarreglos digestivos y de un modo más grave el estreñimiento repercuten siempre en el corazón. La presión de los gases estomacales sofoca la actividad cardíaca y llega a producir alteraciones en el pulso.

Tratamiento: Si el enfermo guarda cama seguirá las indicaciones de los Primeros Auxilios. En caso de crisis o ataque conviene derivar la sangre a la piel y, especialmente, a las extremidades con ortigadura general, seguida de frotaciones de agua fría o envolturas húmedas. Para las intermitencias o arritmias y los ahogos recomendamos, como aplicación local, cataplasma de panela o jocoque o cuajada de leche sobre la región cardíaca, renovando ésta cada vez que se caliente.

Estando en pie seguir con perseverancia el Régimen de Salud y particularmente el Lavado de la Sangre. Una taza diaria de cocimiento de raíz de hualtata con cola de caballo, en tres porciones, al despertar, al mediodía y al dormir, alivia las afecciones del sistema circulatorio.

Casos: A. H. de 42 años, sufrió dos ataques de angina de pecho que lo pusieron al borde de la muerte. Los médicos lo desahuciaron, pues tenía lesiones en las arterias que nutren al músculo cardíaco y el pobre ya no podía ni salir de su casa, ya que sentía que se ahogaba.

Le prescribí mi Régimen de Salud con Lavado de la Sangre diario y dos baños genitales de 30 minutos cada día, lodo sobre el vientre durante la noche y alimentación cruda en el desayuno y la cena. En pocos días comenzó a recuperarse y tres años después goza de cabal salud.

E. N. industrial de 55 años, sufrió ocho ataques de angina de pecho en doce días, pero en cada ocasión se activó su piel con ortigaduras en todo el cuerpo, seguido de frotación de agua fría cada hora. Durante la noche se ponía cataplasma de lodo sobre todo el vientre y, a veces, panela, jocoque o cuajada de leche sobre el corazón. 

El vientre se mantenía expedito con lavativa de agua fría. Sólo comía fruta cruda en pequeñas cantidades. Al séptimo ataque parecía ya no responder al tratamiento, entonces le hicimos aplicaciones calientes de bolsitas de semillas de pasto miel o flores de heno, desde los codos hasta las manos y de las rodillas a los pies, combinando con frotaciones precedidas de ortigaduras cada vez que se cambiaban las bolsitas, cada media hora. 

A los tres días del último ataque se logro normalizar el pulso. Este paciente ya había sido curado con mi Régimen de Salud dos años antes, cuando fue víctima de parálisis de todo el lado izquierdo.

La sangre

Sabemos que la sangre es la vida del cuerpo, ella es elaborada en el aparato digestivo y se purifica a través de los pulmones, los riñones y la piel. La normalidad de estas funciones asegura la pureza de la sangre en todo el organismo.

Contrariamente, la impureza de la sangre se debe a que respiramos aire corrompido, a las malas digestiones y la deficiente actividad eliminadora de la piel y los riñones. Además, las drogas, medicamentos y vacunas, especialmente inyectadas, son agentes de impureza sanguínea, que fuerzan el trabajo de las defensas naturales al tratar de eliminarlas. Las transfusiones sanguíneas también son fuente de impureza.

A la luz de mi Doctrina Térmica, el iris de los ojos de todo enfermo crónico siempre revela impureza y mala circulación de la sangre. La medicina facultativa habla de anomalías en el fluido vital que designa con nombres como deficiente circulación, aumento anormal de glóbulos blancos, leucemia, cáncer de la sangre, anemia perniciosa septicemia, uremia, etcétera.

Sin importar el nombre, la única manera de normalizar el fluido vital es con la formación de sangre pura y la eliminación de sus impurezas mediante buenas digestiones, respirar aire puro y activar la eliminación cutánea. Todo esto se obtiene observando cuidadosamente mi Régimen de Salud, practicando el Lavado de la Sangre para los adultos en pie, los baños genitales, cataplasma de lodo sobre el vientre, etcétera.

Uremia

Es el nombre que se da al envenenamiento de la sangre con substancias, que normalmente deberían ser evacuadas por la orina y los poros. Estas quedan retenidas en la sangre por incapacidad de los riñones y la piel para cumplir sus funciones. De modo que no se trata de un padecimiento inicial, sino provocado por una deficiencia previa, la que ha sido erróneamente tratada con medicamentos que obstaculizan la tendencia curativa natural del organismo.

Tratamiento: Es necesario favorecer la expulsión de las substancias nocivas por medio de prolongadas sudaciones, para lo cual, de no ser posible hacer el Lavado de la Sangre, se aplicarán al enfermo en la cama frotaciones de agua fría, cada hora hasta seis en el día. 

Las envolturas o paquetes promueven una buena eliminación sin necesidad de que haya transpiración, pudiendo hacerse de 10 a 11 horas de la mañana, alternando el paquete largo con el medio. En pie el enfermo aplicar baño genital durante media hora. Durante la noche cataplasma de lodo sobre el vientre.

El Lavado de la Sangre se puede tomar una hora en la mañana, otra en la tarde y otra en la noche.

La alimentación será de frutas y ensaladas crudas, de preferencias ácidas y se usará lavativas si las evacuaciones no son suficientes.

Septicemia

Esta grave dolencia constituye envenenamiento de la sangre por introducirse en ella substancias tóxicas. El enfermo es víctima de gran postración, hay mucha fiebre al interior del cuerpo aunque no sea registrada en el termómetro.

Tratamiento: Debemos activar las eliminaciones por la piel, los riñones y los intestinos. Se buscará el Equilibrio Térmico, como en todos los casos. Ante todo, lavativa con agua natural. Después, si el enfermo está en pie. Lavado de la Sangre. En cama, tanto para adultos como para menores, además de la frotación al despertar, se aplicará paquete entero o de sobacos a pies de 10 a 11 de la mañana. 

En la tarde hacer las 6 frotaciones, cada hora. Si hay poca reacción en la piel, antes de cada aplicación se ortigará todo el cuerpo.

Casos: De regreso a Santiago, después de un largo viaje en automóvil, R.L.P. de 33 años, se presentó con el brazo izquierdo dolorido y gradualmente hinchado desde el hombro hasta los dedos. Tenía mucha fiebre y apenas podía sostenerse en pie.

Lo mantuvimos fajado de lodo alrededor del vientre y riñones, lo mismo que alrededor del brazo, renovando las aplicaciones para conservarlas frescas. Dieta exclusivamente cruda de frutas en pequeñas cantidades. Lavativa de agua natural cada vez que fue necesario. 

A los quince días no había mejoría y la familia comenzó a inquietarse, pidiendo la opinión de los médicos que alarmaron a la esposa con el peligro de muerte por septicemia si no operaban de urgencia, y amenazaron con la probable necesidad de amputar el brazo. 

Felizmente, el paciente compartía mi punto de vista y estaba decidido a seguir perseverantemente mi Régimen para mantener el Equilibrio Térmico y dejar que actuara la naturaleza. Cuando ya habían transcurrido 28 días empezó a fluir pus en cantidad abundantemente por el brazo. 

El enfermo estaba salvado. Se aplicó fenogreco en la boca abierta del absceso para ayudar la expulsión de materia corrompida y se continuó con las aplicaciones de lodo. En ocho días más, el paciente había recuperado su salud, quedando mejor que antes de la crisis. Esta fue una gran muestra de la forma en que "cura" la Naturaleza.

Arterias

Las arterias son unos vasos muy resistentes, encargados de llevar la sangre desde el corazón hasta todos los órganos del cuerpo. Sus paredes en estado normal son elásticas y se contraen o dilatan siguiendo los movimientos del corazón, lo que ayuda a circular la sangre y constituye el pulso. Las alteraciones del pulso denuncian anomalías en el corazón o en las arterias y su frecuencia está en relación con la temperatura interna del cuerpo.

Las arterias sólo pueden enfermarse por efecto de sangre viciada por desarreglos digestivos graves y crónicos, así como por una deficiente actividad eliminadora de la piel. La introducción de sustancias tóxicas en la sangre mediante inyecciones, sueros y vacunas tiene el mismo efecto perverso sobre las arterias. En el caso de la arteria que sale del corazón, la aorta, se puede presentar su peligrosa dilatación, lo que provoca fuertes dolores en el pecho, ahogos y dificultad para realizar cualquier esfuerzo.

Tratamiento: Regenerar la sangre mediante buenas digestiones y una activa eliminación por la, piel es esencial para formar sangre pura y sacar lo perjudicial. Esto se logra refrescando las entrañas y afiebrando la superficie del cuerpo a través del Régimen de Salud del capítulo 22.

Presión y depresión arterial

La presión alta es casi una enfermedad de moda en la actualidad. La sangre cargada de materias extrañas pierde su fluidez y se vuelve viscosa de modo que, para movilizarla, el corazón y las arterias deben forzar su trabajo, de donde resulta el aumento en la presión arterial.

La baja presión arterial revela una débil defensa orgánica por debilitamiento del sistema nervioso, más o menos intoxicado. Mientras que la presión alta denuncia una impureza crónica de la sangre, la presión baja nos habla de impureza aguda. En ambos casos, el tratamiento va dirigido a normalizar la composición de la sangre, respirando aire puro, con buenas digestiones y activa eliminación de la piel, los riñones y los intestinos.

Tratamiento: Las crisis agudas se tratan como indicamos en Primeros Auxilios. Estado en pie el enfermo, sígase tenazmente el Régimen de Salud. Puedo afirmar, que restableciendo la digestión con dieta cruda de frutas o ensaladas sin sal, dos o tres baños genitales y diario Lavado de la Sangre, en pocos días desaparece la presión arterial alta.

Aterosclerosis

Este es el nombre de la dolencia más común de las arterias, que consiste en el endurecimiento y engrosamiento de sus paredes, como consecuencia de la acumulación de materias extrañas en su tejido. Las arterias pierden su elasticidad y resistencia dificultando la circulación de la sangre y la buena nutrición de los órganos. 

Este padecimiento es provocado por una alimentación antinatural y abundante, la falta de ejercicio físico, la deficiente actividad cutánea, el exceso de trabajo intelectual y, especialmente, los abusos sexuales. El debilitamiento de la piel y la alimentación refinada y en exceso, hacen de éste un mal muy frecuente entre la población urbana y particularmente entre la gente acomodada.

Tratamiento: Se debe purificar la sangre respirando aire puro y manteniendo buenas digestiones a base de frutas, preferentemente naranjas, uvas, fresas, frutillas y tomates. Es necesario activar la eliminación cutánea con el Lavado de la Sangre diariamente al sol o al vapor. Los baños genitales son indispensables una o dos veces al día, de 20 a 40 minutos de duración. Siguiendo constantemente el Régimen de Salud se alivia esta grave dolencia.

Venas

Las venas y las arterias son vasos que conducen la sangre a través del cuerpo. Las venas movilizan sangre cargada de productos del desgaste orgánico, y están más expuestas a enfermarse que las arterias que transportan fluido más puro. 

Sus dolencias son: inflamación de las venas o flebitis; dilatación de las venas o várices; y también puede considerarse como afección de esta naturaleza la formación de trombos y embolias.

La causa de estas afecciones siempre es sangre maleada por desarreglos digestivos crónicos, vacunas, sueros, medicamentos y deficiente eliminación de la piel.

Tratamiento: Diario Lavado de la Sangre, y uno o dos baños genitales al día. Dieta cruda de frutas y ensaladas. Como aplicación local, cataplasma de lodo que calma, desinflama y purifica. Cataplasma de lodo también sobre el vientre durante la noche. En los casos agudos se seguirán los consejos de Primeros Auxilios, los enfermos crónicos seguirán indefinidamente el Régimen de Salud.

Várices

Este es el nombre de la dilatación de las venas en general y, por ejemplo, se llama varicocele a la dilatación de las venas que suben de los testículos. Además, de la impureza y mala circulación de la sangre debidas a la herencia, el uso de ropas apretadas, fajas y cinturones, al dificultar la circulación sanguínea hace que ésta no sea purificada como es debido en los pulmones, los riñones y la piel. 

La posición continua y prolongada de pie favorece la dilatación de las venas de las piernas, pues la inmovilidad obstaculiza la circulación, a diferencia de lo que ocurre cuando caminamos o hacemos ejercicio. Otros tipos de várices son las hemorroides, que se localizan en el recto.

Tratamiento: Se deben evitar todas las prendas que dificulten la circulación de la sangre, lo mismo que la inmovilidad, especialmente de pie.

La frotación de agua fría al despertar al mismo tiempo que regulariza la circulación, purifica la sangre. El chorro de pitón es aún más eficaz. Los baños genitales tienen efectos análogos y el Lavado de la Sangre es indispensable para aliviar esta dolencia.

Conviene dormir con las piernas y pantorrillas envueltas en un lienzo húmedo frío, mojado en cocimiento de limpia plata, flores de árnica y corteza de encina. Si la región afectada está caliente, la cataplasma de plata es aún más eficaz. La normalización de la digestión es básica, pues sólo así se puede asegurar la purificación de la sangre. Para lograrla utilizar todos los métodos que preconiza mi Régimen de Salud.

Flebitis o inflamación de la venas

La inflamación de las venas se produce por irritación de sus paredes, debido a la presencia de substancias tóxicas en la sangre. Estas impurezas provienen de fermentaciones pútridas de algún proceso de descomposición, como sucede a veces en un parto o aborto en que no se expulsan a tiempo los tejidos que deben salir del cuerpo. Las heridas también pueden ser la entrada de substancias tóxicas en el organismo, aun las de las operaciones quirúrgicas, que causan flebitis.

Esta inflamación de las venas puede provocar la formación de un coágulo o tapón de substancias extrañas que se denomina trombo. Cuando un pedazo de trombo se desprende o circula en la sangre, entonces toma el nombre de embolia. La flebitis supone la existencia de fiebre interna que, de ser aguda, puede estar acompañada de escalofríos y dolores en la zona de la vena afectada, y suele provocar hinchazón de piernas y pies.

Tratamiento: Cuando es aguda, la flebitis requiere de absoluto reposo en cama para evitar que se desprenda parte del trombo, pues éste podría llegar al corazón o al cerebro, produciendo trastornos gravísimos y hasta la muerte. Conviene mantener en alto el miembro afectado, envolviéndolo con cataplasmas de lodo que se renuevan al calentarse. 

Si los dolores no ceden con el frío, usar cataplasmas calientes de linaza o de semillas de pasto miel. Además cataplasma de lodo sobre todo el vientre, día y noche, para evitar fermentaciones malsanas.

Los baños genitales son de una eficacia asombrosa, como pude comprobar en el caso de una señora, que después de dos meses de tratamiento médico infructuoso, se levantó a los diez días de practicar diariamente dos o tres de estos baños, al borde de la cama con las piernas horizontales y con ayuda de una enfermera.

Fuente: Manuel Lezaeta Acharan

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