03 DEPURACIÓN CORPORAL

Salud Natural en Línea

(TERCERA PARTE) EL PAQUETE DEPURADOR

Habiendo visto los principales mecanismos y leyes de la depuración orgánica, cada uno está en condiciones de evaluar sus puntos críticos, tipos de desechos predominantes y órganos a estimular. Pero más allá de las particularidades, hay un conjunto de recursos que pueden utilizarse con seguridad e indudables beneficios en cualquier caso. A continuación nos ocupamos de ellos en detalle.

AYUNO SEMANAL FRUTAL

La práctica del ayuno era habitual en las culturas ancestrales y es algo que nos puede ayudar muchísimo para recuperar el equilibrio perdido y eliminar obstrucciones de vieja data. Como siempre, debemos abordar esta práctica con gradualismo y constancia, pues allí radica su eficacia. Por ello sugerimos un método sencillo de realizar (no hay que pasar privaciones) y totalmente seguro (no tiene contraindicaciones ni requiere supervisión externa): un día a la semana, satisfacer nuestro apetito exclusivamente con frutas.

Conviene elegir un día fijo, durante el cual desarrollemos poca actividad. Una buena opción es el sábado, que está a caballo entre la semana laboral y el domingo familiar. Durante ese día nos limitamos a ingerir solamente frutas, toda la cantidad que queramos, pero preferentemente de un solo tipo, orgánica y de estación. La menos recomendable es la banana, sobre todo si no está bien madura, dado su contenido amiláceo. Cada vez que sentimos apetito, lo saciamos con frutas. Podemos adicionar infusiones de hierbas depurativas.

Si nos sentimos con ganas, lo ideal es prolongar la depuración un día más: el domingo. Tratemos de usar este tiempo para la introspección, el reposo reconstituyente y para percibir cómo el cuerpo responde al sosiego. Podemos tener los síntomas de un profundo proceso de purificación: lengua pastosa, olor a alquitrán en la boca, fuerte olor corporal, micciones frecuentes y urticantes, abundantes evacuaciones, eventuales marees y dolores de cabeza. Ello indica que el cuerpo está removiendo sustancias acumuladas en el tiempo y ello es lo mejor que nos puede suceder. Luego nos sentiremos aliviados y con mayor energía.

Una recomendación útil: cuidar que las comidas anterior y posterior al ayuno sean livianas y poco elaboradas, sin cereales refinados, lácteos, ni productos cárnicos y con predominio de verduras cocidas. Por experiencia,recomendamos el puchero celulósico (ver Los Intestinos) como primer comida posterior al ayuno. También una banana bien madura y bien masticada es recomendable en este caso.

Si somos constantes en la práctica de este tipo de ayuno, los resultados serán evidentes y luego sentiremos placer respondiendo al pedido del organismo por un... sábado de gloria!!!

TÓNICO HERBARIO

Si bien existen muchas plantas medicinales depurativas que hemos visto al tratar cada emuntorio en particular, hay una antigua fórmula de los nativos canadienses que se ha revalorizado últimamente como arma para combatir el cáncer y otras dolencias terminales: el Tónico Herbario o Essiac. Si bien existe una publicación específica sobre el tema, veamos aquí los principios de sus cuatro componentes y la profunda acción que generan en el organismo gracias a su sinérgica combinación.

Bardana (arctium lappa): Es el componente principal. Ha demostrado ser un poderoso purificante de la sangre y la linfa. Estimula la eliminación de toxinas, el funcionamiento hepático y el sistema digestivo. Contiene inulina, que fortalece órganos vitales como hígado, páncreas y bazo. También reduce la mucosidad y evita la formación de cálculos. Promueve el flujo de bilis y elimina el exceso de fluido en el cuerpo. Ayuda a remover infecciones del tracto urinario, hígado y vesícula. Su contenido en vitamina A y setenio ayuda a eliminar radicales libres y el cromo regula los niveles de azúcar en sangre.

Acedera (rumex acetosella): Ha sido un remedio casero contra el cáncer durante mucho tiempo en Europa y América. Alivia las úlceras internas y aplicada sobre la piel ayuda a resolver problemas como eccemas y soriasis. Su riqueza en vitaminas y oligoelementos minerales, nutre el sistema glandular. Contiene silicio, elemento necesario para los nervios y la capa de mielina que los protege. 

Limpia la sangre y mejora la función de hígado y páncreas, estimulando el crecimiento de tejido nuevo. Reduce el daño causado por las quemaduras de radiación y aumenta la resistencia a los rayos X. Mejora el funcionamiento del sistema circulatorio, intestinal y respiratorio. Ayuda en la remoción de depósitos extraños en las paredes de los vasos sanguíneos. Aumenta el nivel de oxígeno en las células de los tejidos.

Olmo (ulmus fulva): Como tónico, fortalece órganos, tejidos y membranas mucosas, especialmente pulmones y estómago. El principal componente es un mucílago que contribuye a la eliminación de desechos tóxicos. Ayuda a nutrir y restaurar el plasma sanguíneo y la linfa. Promueve la curación rápida de quemaduras y laceraciones. Mejora el estado de la flora intestinal y calma el asma. También alivia la acidificación corpórea.

Ruibarbo (rheum palmatum): Actúa como laxante suave (estimula la secreción de bilis hacia los intestinos) y purga el organismo (especialmente el hígado) de toxinas y desechos. Contiene ácido málico, que mejora la oxigenación del organismo y estimula el proceso de curación. Posee una sustancia (rhein) que inhibe la acción de bacterias que provocan afecciones como la candidiasis en los intestinos. Ayuda a reducir la fiebre y la inflamación. Los estudios demuestran que posee propiedades antibióticas y antitumorales.

Este preparado herbario desarrolla la siguiente actividad dentro del organismo:

1. Previene la acumulación de depósitos grasos en el sistema circulatorio, hígado y riñones.
2. Regula los niveles de colesterol al transformar azúcares y grasas en energía.
3. Destruye los parásitos en el sistema digestivo y a través del cuerpo.
4. Contrarresta los efectos del envenenamiento por aluminio, plomo, mercurio y otros metales tóxicos.
5. Fortalece y tonifica músculos, órganos y tejidos.
6. Fortalece y da flexibilidad a huesos, articulaciones, ligamentos, pulmones y membranas, haciéndolos así     menos vulnerables al estrés o a las lesiones por él causadas (el caso de úlceras).
7. Nutre y estimula el sistema nervioso y el cerebro.
8. Promueve la absorción de fluidos en los tejidos.
9. Remueve la acumulación tóxica en los canales grasos, linfáticos, digestivos, renales y medulares.
10. Neutraliza los ácidos (gastritis) y elimina toxinas en el intestino.
11. Descongestiona los canales respiratorios al disolver y expeler mucosidades.
12. Alivia la tarea desintoxicante del hígado al convertir a las toxinas grasas en sustancias solubles en agua, que luego pueden ser fácilmente eliminadas por los riñones.
13. Ayuda al hígado a producir lecitina, la cual construye la mielina, material graso que envuelve y protege las fibras nerviosas.
14. Elimina depósitos de metales pesados en los tejidos, especialmente en las articulaciones, reduciendo inflamaciones y tensiones.
15. Mejora las funciones del páncreas y el bazo, aumentando la efectividad de la insulina.
16. Purifica la sangre.
17. Aumenta la producción de glóbulos rojos.
18. Aumenta la capacidad del cuerpo para utilizar el oxígeno, al incrementar el nivel de oxígeno en las células de los tejidos.
19. Mantiene el equilibrio entre sodio y potasio en el cuerpo, regulando el fluido dentro y fuera de cada célula; de esta manera las células son alimentadas con nutrientes a la vez que se limpian.
20. Convierte los oxalatos de potasio y calcio en una forma menos dañina, haciéndolos solventes en la orina. Además regula la cantidad de ácido oxálico que llega a los riñones, reduciendo de esta manera el riesgo de formación de cálculos en vesícula, riñones o tracto urinario.
21. Impide que las toxinas puedan llegar al cerebro.
22. Protege al cuerpo contra la radiación (rayos X).
23. Alivia el dolor, aumenta el apetito, provee más energía y brinda sensación de bienestar.
24. Aligera la curación de las heridas, regenerando las áreas dañadas (ulceraciones).
25. Aumenta la producción de anticuerpos (linfocitos y células T), con lo cual se potencia el sistema inmunológico.
26. Inhibe el crecimiento y posiblemente destruye los tumores benignos.
27. Protege las células en contra de los radicales libres.

El Tónico Herbario se consume a nivel desintoxicante, en dosis diaria de cuatro cucharadas soperas (cantidad equivalente a una copa de licor) por la noche, antes de acostarse y dejando transcurrir al menos 2 horas después de la cena. Esto último tiene que ver con la correcta difusión de sus principios activos en el organismo. Para que sea efectivo, el Tónico debe pasar rápidamente al sistema circulatorio, requiriendo la disponibilidad del mayor flujo sanguíneo posible, a fin de optimizar la tarea de distribución corporal. 

Ello ocurre solamente en el reposo nocturno, ya que la masa muscular no solicita aporte sanguíneo. Por eso también es básico que haya concluido el proceso digestivo (aproximadamente dos horas después de cenar), otro importante consumidor de flujo sanguíneo. Además si el Tónico es ingerido sobre la comida, el organismo lo procesa como alimento y entonces no cumple la función prevista.

DEPURATIVO HOMEOPÁTICO

El Baplaros R es una formulación preparada con técnicas homeopáticas, en base a extractos de tres hierbas de amplio efecto desintoxicante, digestivo y antitumoral: carqueja, llantén y romero. Se pueden tomar diez gotas del preparado (preferentemente administradas bajo la lengua), hasta tres veces por día. A continuación veremos las propiedades individuales de cada hierba, teniendo en cuenta que por sinergismo, las mismas se potencian a través del preparado.

Carqueja (baccharis crispa): Es aconsejada para congestiones e inflamaciones del hígado y la vesícula, ictericia, cirrosis, litiasis, cólicos hepáticos, cálculos renales, dispepsias de toda índole. Es coadyuvante en el tratamiento de afecciones genitourinarias. Es afrodisíaca para ambos sexos.

Llantén (plantago major): Útil en bronquitis, catarro bronquial, asma, tuberculosis pulmonar y neumonía. Enjuagues bucales y gárgaras se emplean en inflamaciones bucales, de encías, faringe, amígdalas y laringe. Usado en colitis, diarrea, estreñimiento crónico, inflamación de riñones y vejiga, úlceras y hemorroides. Externamente se emplea para afecciones oculares, úlceras varicosas, heridas, quemaduras y picaduras.

Romero (rosmarinus officinalis): Estimula el sistema nervioso pero es sedante, calmando palpitaciones y vértigo. Es útil en casos de hipotensión, desórdenes circulatorios y menstruales, debilidad física, digestión difícil, flatulencia (gases), espasmos, problemas hepáticos y biliares, nivel elevado de colesterol, congestión de vías respiratorias, dolores reumáticos y migrañas. También posee propiedades antisépticas y antioxidantes.

CORRECCIONES NUTRICIONALES

Como se habrá podido observar en las indicaciones nutricionales para cada emuntorio, hay una serie de coincidencias, por nada casuales y perfectamente razonables a la hora de usar el sentido común y la lógica. Los habituales errores nutricionales, de los cuales generalmente no somos conscientes y cuyo daño venimos acumulando por décadas, tienen un doble efecto nocivo en nuestra salud: mala calidad de renovación celular y alta producción de toxinas corporales.

Ninguna práctica depurativa podrá resultar efectiva si no rectificamos los errores que nos atiborran de tóxicos y nos privan de sustancias esenciales para la buena química corporal. Si comprendemos esto, habremos hallado la génesis (y al mismo tiempo la solución) de gran parte de los modernos problemas de salud que llamamos enfermedades graves y que responden a la combinación de los siguientes factores:

- Malfunción de los órganos de eliminación
- Estado de acidosis (desequilibrio ácido-alcalino)
- Baja inmunología (por estrés, carencias de nutrientes o excesos de toxinas)
- Flora intestinal desequilibrada (por antibióticos presentes en alimentos y medicamentos, candidiasis crónica y carencia de fibra)
- Disfunciones hormonales (procesos inflamatorios, resistencia a la insulina, etc.)
- Exceso de fosfatos (por consumo de lácteos, gaseosas, conservantes, fertilizantes, etc.)
- Carencia de nutrientes esenciales (magnesio, silicio, age, enzimas, vitaminas, oligoelementos, mucílagos, etc.)
- Supresión de síntomas (abuso de medicamentos)
- Exceso de estímulos (falta de reposo adecuado)
- Inactividad física (sedentarismo)

Si bien la cuestión nutricional es amplia y se encuentra particularmente abordado en la publicación “Nutrición Consciente”, aquí nos ocuparemos sintéticamente del tema. Por ello las siguientes recomendaciones genéricas a modo de compendio final, teniendo siempre en cuenta que cada uno deberá personalizar la dieta, en función a su estado de salud, su actividad y su clima. Seguidamente pasaremos revista a los alimentos que deberíamos evitar y a la forma de organizar nuestra despensa. Finalmente nos ocuparemos de algunos consejos para planificar la cocina y asimilar eficientemente los alimentos.

LO QUE DEBEMOS EVITAR

En primer lugar indicamos aquellos alimentos que deberían ser evitados de la dieta corriente y cuyo consumo debería reservarse a ocasiones esporádicas. Lamentablemente representan la base de nuestra moderna dieta industrializada. Al ser ingeridos todos los días, varias veces por día y en grandes cantidades, provocan por sí mismos, un colapso tóxico mayúsculo. El grado de eliminación de estos alimentos de nuestra rutina diaria, será directamente proporcional al beneficio depurativo que obtendremos. Básicamente nos referimos a dos grandes grupos de alimento
Refinados industriales

Este término es muy amplio, si tenemos en cuenta la gran cantidad de productos que los contienen. Además de evitar los alimentos “blancos” en sí mismos (sal, azúcar, harina, arroz, almidones, etc.), debemos también estar atentos a gaseosas, panificados, helados, golosinas, galletitas, edulcorantes sintéticos, bebidas alcohólicas, chocolate, etc. Además de los problemas generados por la refinación, debemos tener en cuenta el gran contenido de sustancias sintéticas y conservantes que nos aportan.

Dentro de este grupo de alimentos se encuentran las grasas industriales refinadas. Aquí se encuentran incluidas desde las saturadas de origen animal a las transaturadas de origen vegetal (las nefastas hidrogenadas o margarinas), pasando por los comunes aceites refinados. En el caso de la grasa saturada, resulta sencilla su identificación, dado que es sólida a temperatura ambiente. Pero con las margarinas resulta mas compleja su detección, dado que adquieren las mas variables consistencias (sólida o líquida) y son empleadas en la  mayoría de las elaboraciones industriales (helados, panificados, golosinas, papas fritas, lácteos, etc.).

Productos animales de cría industrial

Aquí juegan un rol fundamental la presencia de hormonas sintéticas, antibióticos y metales pesados como consecuencia de las prácticas de producción a gran escala (estabulación, jaulas, feed-lot, piletas de piscicultura, etc.). Esto nos obliga a ser cuidadosos en la elección de carnes, huevos, lácteos, fiambres y demás productos que los contengan. Si deseamos consumir productos de origen animal, deberemos privilegiar aquellos de cría natural (pesca a mar abierto, pollos camperos, ganado a pasto, etc.).

Párrafo aparte para los lácteos y derivados. Si bien la fundamentación de su eliminación excede el marco de esta obra (los interesados pueden consultar el fascículo “Lácteos, problemas y alternativas”), hemos visto a lo largo del libro muchas objeciones a su uso por distintos motivos. A modo de resumen podemos decir que su ingesta regular genera: agotamiento inmunológico, desorden mineral y hormonal, reacciones alérgicas y sobre todo toxemia corporal. El solo hecho de experimentar con 15 días de abstinencia total, y posterior reintroducción, permite que cualquier organismo brinde una respuesta absolutamente personalizada e inequívoca.

Otros elementos nocivos

Además de evitar el tabaco (cuyos daños corporales son por demás conocidos), en un proceso depurativo resulta esencial prescindir de muchos fármacos aparentemente inofensivos y hasta socialmente vistos como necesarios. Nos referimos a antibióticos, antiácidos, antiinflamatorios, analgésicos, etc. Los efectos secundarios de estos productos son numerosos. Fundamentalmente afectan el equilibrio de la flora y la mucosa intestinal, deprimen la inmunología e inhiben la síntesis de nutrientes claves para la química corporal. Quedan fuera de esta indicación las medicaciones específicas de tratamientos convencionales.

CÓMO ORGANIZAR NUESTRA DESPENSA

Dado que generalmente lo que hay en la despensa es lo que se acaba consumiendo, resulta muy importante su organización. La primera recomendación es: no comprar aquellas cosas que resultan inconvenientes para nuestra salud, ya que a la larga las utilizaremos. Por consiguiente es importante tener buena existencia de aquellas cosas que debemos consumir diariamente. A fin de facilitar el orden de la despensa y el consiguiente orden culinario, veamos los grupos de alimentos que no deben faltar en nuestra rutina de todos los días:

Cereales

Se recomienda variar durante la semana el uso de amaranto, arroz integral, avena arrollada, cebada perlada, maíz, mijo, quinoa, sorgo y trigo sarraceno. Al trigo común conviene considerarlo como un cereal más en la rotación, preferentemente como burgol o candeal entero bien cocido. El concepto de rotar su uso, sirve para evitar la monotonía culinaria, pero principalmente para garantizar un aporte equilibrado de nutrientes propios de cada grano. También conviene variar la forma de cocción. 

Si bien básicamente se utilizan cocinados en agua (sobre todo el caso del arroz integral, en cuya cocción se sugiere la adición de un trozo de alga marina), en algunos puede utilizarse el rehogado, pero asegurándonos siempre la buena cocción. También pueden usarse los panqueques o crepes, como reemplazo del pan. En caso de usar discos de arroz inflado, nunca consumirlos solos, pues elevan rápidamente la glucosa en sangre. Por ello es recomendable untarlos con manteca de sésamo, palta pisada o patés de legumbres. Privilegiar siempre el uso de los cereales enteros a las féculas y las harinas.

Legumbres

Hay una gran cantidad de legumbres que permiten una eficiente rotación, por las mismas circunstancias que recomendamos la rotación de los cereales: diversidad culinaria y nutricional. Es importante privilegiar el uso de legumbres frescas o germinadas. Podemos optar por arvejas, chauchas, garbanzos, habas, lentejas, porotos aduki, alubia, colorados, manteca, mung, negros, rosados y pallares. Aquí la única restricción sería el uso de la soja en forma de poroto (milanesas, texturizado, leche de soja), por ser depresora de la función tiroidea, ralentizadora del metabolismo y difícil de procesar correctamente. Una excepción sería el uso del queso de soja (tofu) un par de veces a la semana.

En la cocción base valen recomendaciones generales: lavado, al menos 12 horas de remojo  con la incorporación de trozos de algas (mejoran la digestibilidad) y adecuada dosificación de agua (evita desechar valiosos nutrientes). En todos los casos la cocción se debe dar por concluida cuando se deshacen ante la presión de los dedos. Con las legumbres cocidas, además de consumirlas directamente junto a los cereales, pueden prepararse patés para untar, milanesas o torrejas, y pueden conservarse en heladera para adicionar luego a sopas o guisos. Otro aspecto que mejora la digestibilidad y el valor nutritivo de las legumbres es su pre-germinación. Luego del período de remojo se las coloca a germinar hasta que despunta el brote y recién entonces se las somete al proceso de cocción.

Semillas

En este grupo encontramos una amplia, sabrosa y práctica cantidad de opciones para aportar a la dieta una excelente suplementación de minerales, proteínas, vitaminas y ácidos grasos de excelente calidad. Tener en cuenta que se trata de un compacto almacenaje de nutrientes, necesario para garantizar la vida de una futura planta. Podemos variar diariamente, y durante la misma jornada, entre alfalfa, almendra, amapola, castañas de cajú, chía, girasol, lino, maní, nueces, castañas de para, pistacho, sésamo y zapallo. Resultan ideales para el consumo entre las comidas principales. 

Salvo la alfalfa que se destina a la germinación, es preferible consumirlas crudas o apenas tostadas, para evitar destruir sus riquísimos nutrientes. Se pueden consumir enteras, molidas y espolvoreadas sobre las comidas (el caso de Gomasio, Multisemilla o Queso Rallado Vegetal), germinadas (esta sencilla técnica incrementa notablemente el valor vitamínico y enzimático) o en sencillas preparaciones (leches y cremas vegetales, manteca de sésamo, pan de almendras, etc.).

Vegetales

Aquí valen todos, privilegiando los crudos por su aporte enzimático y vitamínico. A modo de recordatorio podemos enumerar los más importantes: aceituna, acelga, ajo, alcaucil, apio, berenjena, berro, brócoli, cebolla, coliflor, diente de león, espárrago, espinaca, lechuga, nabo, ortiga, palta, pepino, pimiento, puerro, rabanito, repollo (siempre crudo, pues cocido es indigesto), tomate y zanahoria. Aquellos señalados en negrita son especialmente importantes por sus propiedades contra la candidiasis intestinal. 

Debemos preferir la cocción al vapor o bien el saltado (fuego fuerte pero escaso tiempo), a fin de preservar su riqueza nutricional. Pueden usarse en ensaladas, jugos y sopas. En el caso de la palta, se recomienda consumirla pisada y aderezada con condimentos, a modo de mayonesa. Durante el proceso depurativo, son importantes los caldos azufrados, que se realizan con cebolla, puerro, ajo, repollo, coliflor, brócoli, nabo o rabanito. El aporte de los compuestos sulfurados presentes en estos vegetales resulta primordial para favorecer la desintoxicación hepática.

Frutas

Todas resultan recomendables, especialmente aquellas de estación, de la zona y maduradas naturalmente. Por el aporte enzimático conviene consumirlas crudas o en forma de jugos. Esta última forma de consumo, dada la perdida de sustancias útiles, conviene reservarla a jugos depurativos. Un ejemplo sería el jugo matinal en ayunas, (manzana, apio, zanahoria). Si desconocemos la procedencia de la fruta, lavar con agua bicarbonatada para eliminar posibles sustancias químicas adheridas. En el caso de frutas pasas, hidratar previamente al menos media hora o bien consumir en forma de compota

Proteína

Este elemento nutricional clave, presente también en semillas y legumbres, generalmente se considera que es aportado solo por productos animales. A los efectos depurativos, hemos visto la necesidad de evitar aquellos provenientes de cría industrial. Esto nos obliga a buscar productos de cría natural o casera. Debemos dar prioridad a los pescados de agua fría por su contenido en omegas (atún, trucha, salmón, pejerrey, merluza, caballa, sardina, anchoa, mariscos), huevos y carnes blancas. 

Es importante descartar los productos de conserva y preferir siempre los frescos. Para los vegetarianos, la alternativa más sencilla y eficiente desde el punto de vista metabólico, es la diaria combinación de cereales y legumbres, teniendo en cuenta alternar los componentes, a fin de lograr equilibrio de aminoácidos y buen índice proteico. Otras fuentes proteicas recomendables son: el polen o Pan de Abejas (posee los 23 aminoácidos, todo el complejo vitamínico y gran cantidad de minerales, antioxidantes y enzimas), el tofu o queso de soja y las semillas, en general.

Algas

Su incorporación a la dieta de todos los días aporta gran cantidad de beneficios, sobre todo a nivel de mucosas y flora intestinal. Son vegetales que crecen bajo el agua (salada o dulce). Concentran gran cantidad de minerales (sobre todo yodo y magnesio), vitaminas, proteínas, clorofila, carotenos y fibras, que protegen la flora intestinal. Como las verduras, cada tipo de alga tiene sus características. Los mayas eran grandes consumidores de espirulina, alga de agua dulce, rica en proteínas (posee 21 de los 23 aminoácidos y los 8 esenciales, sobre todo triptofano que es un potente antidepresivo), vitaminas (es la fuente natural más rica en B12), minerales (hierro, magnesio, potasio), enzimas, antioxidantes y ácidos grasos esenciales. No necesita someterse al proceso de remojo y cocción, como las marinas, con lo cual es posible preservar muchos nutrientes termosensibles.

Entre las marinas, las más conocidas son las kombu (las más ricas en yodo, vitaminas B y A), las wakame (ricas en vitamina B), las kelp (puede usarse como sal), el agar-agar (gelatina vegetal) y las nori (pueden consumirse crudas, son ricas en carotenos, potasio, fósforo). Sobre el tema puede consultarse el fascículo “Vegetales acuáticos”. Conviene incorporarlas a la cocción base de cereales y legumbres, o bien incorporarlas a sopas y guisos previo remojo en agua tibia. Con el agar-agar pueden prepararse ricos y prácticos aspics de frutas y verduras.

Aceites

Consumir solamente aquellos prensados en frío y sin refinar (calidad extra virgen), dado que son los únicos que aportan elementos imprescindibles como los AGE (ácidos grasos esenciales), claves de la eficiente renovación celular y de muchos procesos importantes en la compleja química corporal. Los aceites ricos en AGE son el lino (omega 3), girasol (omega 6), chia (omega 3), sésamo (omega 6) y soja (omegas 3 y 6, y lecitina (en su estado más puro). Pueden mezclarse entre sí para lograr la adecuada proporción entre los distintos tipos de omegas e incluso con oliva para enriquecer su sabor. 

Deben usarse únicamente en crudo (para cocinar, usar aceite de oliva), pues el proceso de cocción no sólo inhibe el aprovechamiento de su riqueza nutricional, sino que genera los temibles radicales libres y las prostaglandinas “malas” (PG2). Por su buena resistencia a la temperatura, para cocciones utilizar sólo aceite de oliva, que además de sabor, aporta su riqueza en ácido oleico (efecto antifúngico y hepático). Sobre el tema puede consultarse el fascículo “Grasas que matan, grasas que curan”. Otras fuentes de grasa recomendables son las semillas y la lecitina de soja (rica en fosfolípidos y omegas) en sus diferentes presentaciones: líquida, granulada (máxima pureza) o como Huevo Vegetal (reemplazo del huevo animal).

Condimentos

Conviene usar todo tipo de especias, debiendo las personas con intestinos sensibles, evitar aquellas más irritantes, como la pimienta. Entre otros efectos saludables, los condimentos nos aportan propiedades antifúngicas, antiinflamatorias, hepáticas, digestivas y antiespasmódicas. Se recomienda utilizar la técnica oriental, basada en utilizar en cada comida mucha variedad pero poca cantidad de cada especia. A modo de recordatorio podemos recomendar el uso de ajedrea, ají molido, albahaca, azafrán, canela, cayena, clavo de olor, comino, coriandro, cúrcuma, curry, jengibre, limón (reemplaza el vinagre), mostaza, nuez moscada, paprika, perejil, pimentón, pimienta, provenzal, romero y tomillo. Sobre el tema puede consultarse el artículo “Duendes de la cocina”. 

En negrita se indican aquellas con particulares propiedades anti cándidas. En materia de sal, privilegiar el uso de sales integrales y de alta calidad energética, como la sal rosada. También puede emplearse la Sal Marina Enriquecida (mezcla que incorpora algas y hojas mineralizantes, finamente pulverizadas), la sal de apio y las algas kelp en polvo. Sobre la cuestión de la sal, consultar el fascículo “Sales que matan, sales que curan”.

Endulzantes

Deben usarse con moderación y privilegiando el origen natural y la ausencia de refinación. Las mejores fuentes son la miel de abejas, el azúcar integral mascabo, la harina de algarroba, el cacao amargo (por su sabor) y frutas pasas como dátiles, higos y pasas de uva. Los diabéticos pueden utilizar la yerba dulce, hierba que además de brindar sabor dulce, no aporta hidratos de carbono y en cambio tiene efecto antifúngico. Nunca utilizar edulcorantes sintéticos, por ser perjudiciales para la salud.

Infusiones

Aquí se aplica un concepto similar al expuesto en condimentos. A través del uso de distintas tisanas, se pueden obtener beneficiosos efectos antifúngicos, antiinflamatorios, depurativos, hepáticos, digestivos, antiespasmódicos y relajantes. Se sugiere hacer uso de hierbas como boldo, caléndula, diente león, llantén, cardo mariano, manzanilla, melisa, menta, ortiga y zarzaparrilla entre otras. Utilizar las infusiones en reemplazo de las sustancias excitantes como el café, el té negro o el mate. En este sentido pueden utilizarse el té verde corojo, el café de semillas o la cascarilla de cacao. También pueden utilizarse hierbas de sabor neutro en el agua del mate (llantén, cardo mariano, ortiga o diente de león) y aromáticas en el mismo mate (incayuyo, melisa, menta, salvia, té de burro, tomillo serrano o peperina).

Suplementos

Con el fin de asistir las funciones orgánicas para el proceso depurativo, es importante hacer uso de sustancias mineralizantes, desintoxicantes, inmunoestimulantes, regeneradores de flora intestinal y alcalinizantes. Estos efectos podemos obtenerlos a través de elementos naturales. En materia de mineralizantes tenemos el germen de trigo (crudo, sin tostar), la levadura en polvo (integral, sin desamargado), el cloruro de magnesio (no hacer tratamientos muy prolongados) o el furikake (hojas pulverizadas). Entre los alcalinizantes figuran el limón, las ciruelas umeboshi, la ortiga, el diente de león, etc. Entre los regeneradores de flora intestinal tenemos el chucrut (sin pasteurizar), el kéfir de agua, la jalea de membrillo (casera y natural) y las fermentaciones de soja (salsa de soja o miso) naturales. Luego tenemos elementos como el propóleo que es un magnífico regulador biológico, regenerando la capacidad de defensa y adaptación del organismo; o la tintura de cardo mariano que estimula la regeneración de las células hepáticas, desinflama el tejido de sostén del hígado y potencia su función desintoxicante.
Autor: Néstor Palmetti
Fina cortesía de: Salud Natural en Línea

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